Junto a la Fundación Konrad Adenauer (KAS) analizamos la evolución de la aprobación presidencial pospandemia en América Latina, América del Norte y Europa Occidental.
La aprobación de presidentes y primeros ministros cambió porque los mandatarios ya no viven el período de la luna de miel como antes. Analizamos la evolución de la aprobación presidencial pospandemia en 18 países en tres regiones del mundo: América Latina, América del Norte y Europa Occidental.
Para el análisis, fueron relevados 2.385 registros de aprobación presidencial publicados en monitoreos de opinión pública realizados por 2.260 consultoras especializadas en el tema.
El análisis revela patrones de desgaste, volatilidad y estancamiento, lo que resalta la creciente dificultad de los gobiernos para mantener un apoyo duradero en un contexto de insatisfacción estructural y el reto de reconstruir la legitimidad y la confianza ciudadana.
Los ciclos de aprobación
Se constatan tres ciclos bien definidos: un primer momento de respaldo por la gestión de la crisis del covid-19, seguido de un desplome debido al desgaste y una tímida recuperación.
Durante la pandemia, desde comienzos de 2020 hasta fines de 2021, hubo niveles de popularidad muy elevados para los gobiernos a nivel global. La confianza y apoyo hacia los mandatarios americanos y europeos fue alta por la toma de decisiones en la crisis sanitaria. El rango de aprobación en estos años estuvo alrededor del 50 %, con pisos en torno al 45 % y techos de casi el 55 %.
El segundo ciclo se abrió a partir de 2022 y llegó hasta 2023 inclusive, con una caída general en la aprobación. Coincidió con el desgaste de los gobiernos pospandemia. Los niveles generales de apoyo rondaron el 35 %.
El tercer ciclo se inició al final del año 2023 hasta septiembre de 2024. Durante este tiempo observamos una ligera recuperación en la aprobación de varios mandatarios. Como consecuencia de una renovación de los oficialismos, algunos empujaron el promedio mundial por encima del 40 %.
Aunque esta recuperación parece ser efímera en la mayoría de los casos. Los desafíos pospandemia y otros factores locales siguen impactando negativamente en la percepción pública.
Frágil y volátil
La variación de la aprobación presidencial en América Latina es más alta comparada con la constancia europea. Varios líderes experimentaron caídas drásticas en poco tiempo. Por ejemplo, Daniel Noboa (Ecuador) y Pedro Castillo (Perú). Aunque en Europa los niveles de aprobación son generalmente bajos, se percibe una mayor constancia en la tendencia descendente. Líderes como Olaf Scholz (Alemania) y Emmanuel Macron (Francia) enfrentaron una caída lenta pero sostenida en la aprobación.
A pesar de la tendencia general a la baja, algunos nuevos líderes han mostrado una resiliencia momentánea, manteniendo niveles de aprobación relativamente altos o estables. Giorgia Meloni (Italia) y Lula da Silva (Brasil) son ejemplos de esta resiliencia y logran mantener o mejorar sus niveles de aprobación en contextos y momentos difíciles.
La aprobación presidencial es cada vez más frágil y volátil. Las lunas de miel se acortaron y las expectativas insatisfechas se convirtieron en la norma. La pospandemia ha dejado una huella imborrable en la relación entre los gobiernos y sus ciudadanos, poniendo a prueba la capacidad de liderazgo en tiempos de cambio. La estabilidad, más que el crecimiento, parece ser la meta máxima.